
El día de ayer (11/10/17) la Santa Sede celebró la firma de la Fidei Depositum, Constitución Apostólica de hace 25 años con la que san Juan Pablo II promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica. Lo hizo en un encuentro promovido por el Pontifico Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, al que asistió el Papa Francisco. Nadie se esperaba lo que Papa tenía preparado.
El Santo Padre aprovechó el encuentro y el hecho de que ayer también se celebró el Día mundial contra la pena de muerte para «reflexionar» sobre el tema. Aquí pueden encontrar el discurso completo. En su discurso, el Papa expuso su intención de que haya un progreso en la doctrina católica para que esta se pronuncie completamente en contra de la pena de muerte.
Ante las declaraciones del Papa Francisco, me di a la tarea de recoger las impresiones de varios católicos: unos le dieron total apoyo al discurso y otros ni siquiera sabían que la Iglesia permitía la pena de muerte en casos particulares, por lo que reaccionaron con sorpresa. A estas horas, yo aún no tengo una opinión personal definitiva (y sí, los católicos tenemos todo el derecho de opinar ante lo dicho por el Papa, cuando este no habla ex cátedra). Creo que dedicaré otra entrada en el blog para intentar profundizar un poco en la doctrina en cuestión.
Ahora bien, en el segundo párrafo escribo -reflexionar- entre comillas, porque así es como algunos medios de comunicación católicos han llamado al discurso del Papa. Sin embargo, la lectura completa del discurso revela dos párrafos de reflexión sobre la pena de muerte y diez extensos párrafos justificando la necesidad del «progreso en la doctrina», para acoplarla (y no estoy seguro de que esa sea la palabra adecuada) al «presente» y a las «nuevas condiciones de vida». El Santo Padre utiliza argumentos como los siguientes:
«Es necesario que la Iglesia no se aparte del sacro patrimonio de la verdad, recibido de los padres; pero, al mismo tiempo, debe mirar a lo presente, a las nuevas condiciones y formas de vida introducidas en el mundo actual, que han abierto nuevos caminos para el apostolado católico»
«La Tradición es una realidad viva y sólo una mirada superficial puede ver el «depósito de la fe» como algo estático. La Palabra de Dios no puede ser conservada con naftalina, como si se tratara de una manta vieja que hay que proteger de la polilla. ¡No! La Palabra de Dios es una realidad dinámica, siempre viva, que progresa y crece porque tiende hacia un cumplimiento que los hombres no pueden detener.»
(Uno no puede evitar pensar en Amoris Laetita…)
De esta manera, vemos que el Papa va mucho más allá de la reflexión sobre la pena de muerte. En este discurso, Su Santidad justifica la necesidad y el poder llevar a cabo los progresos que él quiere ver en la doctrina católica. Durante su pontificado hemos visto dos claros ejemplos, habrá que ver si vienen más.
Sobre los progresos en la doctrina específica de la pena de muerte, el Papa Francisco es sumamente claro. Quiere ver un cambio (progreso) lo más rápido posible, ¿cómo se realiza este? ¿Una Constitución Apostólica, otra Encíclica, la formación de una comisión, una carta del Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe? Ni idea. Tendremos que esperar y pedirle a Dios que le de mucha sabiduría. Yo por mi parte le doy gracias a Dios que a mí no me tocan esas decisiones. A continuación extractos que dejan clara la posición del Santo Padre:
«me gustaría referirme a un tema que debería ser tratado en el Catecismo de la Iglesia Católica de una manera más adecuada y coherente con estas finalidades mencionadas. Me refiero de hecho a la pena de muerte. »
«A nadie se le puede quitar la vida ni la posibilidad de una redención moral y existencial que redunde en favor de la comunidad.»
«SSin embargo, permanecer hoy neutrales ante las nuevas exigencias de una reafirmación de la dignidad de la persona nos haría aún más culpables.»
Creo que aunque puede que las noticias seculares de hoy no estén tan equivocadas como de costumbre en lo que respecta a la Iglesia, igual debemos tener cuidado ante titulares como: «La Iglesia cambia la doctrina sobre la pena de muerte». ¿Qué debemos tener claro los fieles católicos ante todo esto?:
- La doctrina de la Iglesia no ha cambiado.
- Los católicos tenemos el derecho a estar de acuerdo o en desacuerdo con este discurso del Papa, pero todos tenemos la obligación de orar por él.
- Si más adelante se llevara a cabo la intención del Papa, no sería un cambio de doctrina sino el progreso/evolución de esta hacia un entendimiento y compromiso más pleno de la Iglesia con la dignidad de la vida humana.
Hasta aquí por hoy.
Que el Espíritu Santo bendiga, ilumine y guíe al Santo Padre a hacer la voluntad del Dios Todopoderoso. San Juan XXIII; Ruega por toda la Iglesia y especialmente por el Papa Francisco.
Extractos del discurso de ayer sobre la pena de muerte:
«Esta cuestión no se puede reducir al mero recuerdo de un principio histórico, sin tener en cuenta no sólo el progreso de la doctrina llevado a cabo por los últimos Pontífices, sino también el cambio en la conciencia del pueblo cristiano, que rechaza una actitud complaciente con respecto a una pena que menoscaba gravemente la dignidad humana.»
« Hay que afirmar de manera rotunda que la condena a muerte, en cualquier circunstancia, es una medida inhumana que humilla la dignidad de la persona. Es en sí misma contraria al Evangelio porque con ella se decide suprimir voluntariamente una vida humana, que es siempre sagrada a los ojos del Creador y de la que sólo Dios puede ser, en última instancia, su único juez y garante.»
«Lamentablemente, también en el Estado Pontificio se acudió a este medio extremo e inhumano, descuidando el primado de la misericordia sobre la justicia. Asumimos la responsabilidad por el pasado, y reconocemos que estos medios fueron impuestos por una mentalidad más legalista que cristiana.»
